
Los tiranosaurios atacaban y los triceratops se defendían. Los triceratops les hicieron mucho daño con sus cuernos agudos y redondos, pero los tiranosaurios hacían más daño con los colmillos de sus tenebrosas mandíbulas. La guerra se prolongó por años. No había cuando la guerra pudiera acabar. Cuando parecía que los triceratops podían ganar gracias a una inteligente estrategia, apareció un asteroide en el firmamento que cayó en un sitio que ahora llamamos Golfo de México que mató a la mayoría de seres vivos y nadie ganó.
En el futuro, los herederos de los que sobrevivieron, siguen peleando y no saben vivir en armonía. No han aprendido nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario