
A mí me gusta escribir historias macabras. Y veo que a mucha gente le gusta también; entre ellos un sujeto que me para enviando mensajes en Facebook diciéndome que siga escribiendo cuentos de miedo, que él podría hacer de mí un escritor de mucha fama, con mucho dinero y seguidores a cambio de una insignificancia: que le entregue mi alma firmando un contrato.
He decidido eliminar al Diablo de mis contactos.
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