sábado, 1 de abril de 2017

Carta a un Daminificado de mi Edad

Estimado amigo:

Sé que tú y tu familia viven momentos difíciles. Les toca pasar una dura prueba donde no queda más que salir adelante, teniendo la fe y la esperanza como incentivo. Dios nos ha mandado a todos los peruanos una dura prueba de resistencia, pero estoy seguro que unidos vamos a salir y forjar un país nuevo donde prime la cooperación y la solidaridad. Yo no te conozco, pero eres peruano como yo y eso me basta. Yo confío en ti y Dios también.

Dicen que a veces el mundo te tira y esta vez les ha tocado a los que menos tienen. A mí me ha pasado algunas veces, he tenido problemas y dificultades, pero de la Vida aprendí que hay que pararse y mirar todo lo malo con buena cara. No podemos hacerle frente a la furia de la Naturaleza, no podemos intervenir cuando nos llega cargada de agua-fango-piedras, pero podemos evitar que en el futuro no nos afecte tanto y haya tantos damnificados.

Espero que las autoridades habiliten para las personas que lo han perdido todo lugares más seguros para que construyan sus casas. Nunca más debemos construir por donde desfogan las quebradas. Yo soy consciente que la debes estar pasando mal. A las catástrofes naturales no hay que tenerles miedo, pero sí respeto y mucha precaución. Cuando cayó el primer huaico estaba en la calle con mi papá y nos fuimos corriendo a la casa. Yo vivo en un edificio y desde el techo presencié cómo el barro entró en el pasadizo del edificio. Mi departamento queda en el segundo nivel y el agua de lluvia ha levantado el piso de la sala, un daño mínimo para personas como tú que sé lo han perdido todo, pero estoy seguro, te vas a levantar.

Esta es la primera vez que hemos sido testigo de huaicos y otros estragos de las lluvias torrenciales. Sólo nos queda cuidarnos de las nubes de polvo que se levantan y de no tener contacto con el agua y el barro para no contagiarnos de leptopirosis. De otro lado, te prometo que nosotros seguiremos trabajando, recolectando víveres y ayudando a quienes más lo necesitan. Sé que poniendo de tu parte, vas a volver a ser feliz y Dios nos recompensará a todos por ser tan fraternos con el prójimo.

Fuerte abrazo para ti y tus familiares. 

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