domingo, 30 de octubre de 2016

Carrera Felina

Una vez al año, todos los felinos del mundo se reúnen en la sabana africana para definir quién es el más rápido. Año tras año se repite el mismo resultado. El Guepardo, con sus más de cien kilómetros por hora, hacía morder el polvo a los otros felinos, como el Tigre, el Leopardo o la Pantera. 

En la última carrera, dos felinos peruanos, el Puma (corredor) y el Otorongo (su entrenador) se propusieron ganar como sea. A espaldas del León el más justo de los felinos habían decidido hacer trampa. Cuando los gatos siameses anunciaron la partida, todos los participantes se echaron a correr y el Guepardo rápidamente les sacó varios metros de ventaja. 

Parecía que una vez más iba a ganar, pero de repente apareció en su camino un fantasma, un felino venido de la nada, un Smilodon. "¡No puede ser, tú te extinguiste hace trece mil años!", exclamó el Guepardo, paralizado por el miedo. El Puma aprovechó y corrió hacia la meta, llegó primero y derrotó al Guepardo después de mucho-mucho tiempo.  


Nunca se supo que el Smilodon más conocido como 'Diente de Sable' había sido una proyección, un holograma, ideado por el Otorongo, orgulloso de que por primera vez el trofeo se fuera para el Perú.

jueves, 27 de octubre de 2016

Yabadabadú

Nos habíamos juntado en el parque para ver a quien le tocaba. Ñaja comenzó el ritual de señalar a cada uno cantando: "Pedro Picapiedra mató a su mujer, de cinco cuchillazos la hizo caer, yabadabadú, saliste tú..." Y su dedo terminó señalando el pecho de Mauricio. Bien obediente, Mauricio cumplió con el juego. Tomó el cuchillo de la cocina y lo clavó cinco veces en la espalda de su hermana. La pobre se llamaba Ana.  

el arquero alado

Había un arquero que tenía alas, por eso era muy difícil que le marcaran goles. Volaba velozmente de un palo a otro, llegaba a los lugares imposibles, impedía que las pelotas ingresaran por donde los comentaristas dicen hacen nido las arañas. Este arquero no era un ángel. Era un ser humano como cualquier otro. Había nacido con alas porque su mamá comió mucha sopa con perdices y huevo de codorniz cuando estuvo embarazada. 

Cuando estaba a punto de conseguir un récord de imbatibilidad, la Federación le prohibió al arquero seguir tapando. Los equipos rivales protestaron porque consideraban que sus alas era una habilidad sobrenatural que lo inhabilitaba. El arquero se propuso acatar la orden y juró que nunca más volvería a usar sus alas. Para ello las amarró con vendas, luego con sogas, correas, las más pesadas cadenas, pero era imposible, siempre que el arquero se lanzaba sus alas se liberaban de los objetos que las ataban y los árbitros invalidaban sus jugadas.


Desesperado porque el fútbol era su vida, el arquero decidió someterse a una operación para extirparle las alas. Lo operaron pero nunca más pudo volver a tapar. Nunca más sus pies pudieron despegarse del suelo.

domingo, 23 de octubre de 2016

Ninjas de mi Barrio

Un día, mis amigos y yo jugábamos a que éramos ninjas. Estábamos probando nuestras 'espadas', cuando de repente una bala, que sale disparada de no se sabe dónde, impactó en el tanque de agua, cerca de la cara de Ricardo. Sorprendidos intentamos saber quién habría disparado. El 'Hongo' dijo que vio un fogonazo salir de la ventana de don Jacinto, el vecino amargado que siempre nos gritaba, diciéndonos que vayamos a jugar fútbol a otra parte. Justo en ese momento salió Stefano de su casa y le contamos lo que había sucedido. Fuimos al edificio donde vivía don Jacinto, subimos a su departamento en el tercer piso y encontramos que la puerta estaba abierta, unos tipos habían entrado a robar y todavía estaban allí. A don Jacinto lo tenían de rodillas, con las manos arriba, temblando de miedo. Stefano dijo que si llamábamos a la policía, ellos llegarían muy tarde, así que decidimos actuar porque no podíamos permitir que hubieran rateros en el vecindario. Con nuestras 'espadas' palos de escobas los atacamos por la espalda y los golpeamos hasta que los tres ladrones se desplomaron en el piso. Solucionar las cosas por nuestra cuenta hizo que naciera y creciera la leyenda de los Ninjas de mi barrio. Nunca más volvimos a tener ladrones.

La Danza de los Esqueletos

Existe una isla cubierta por la é de Océano Pacífico, por eso nunca aparece en los mapas. Todos los días, allí siempre muere alguien de una manera horrible. Y cada doce años, todos esos muertos regresan a la vida y sus esqueletos bailan a la luz de la luna. En el centro de la isla se levanta un gran volcán. Y esa noche que salieron los muertos, el volcán hizo erupción y los muertos quedaron debajo de la lava. Encerrados bajo una gruesa lápida de lava petrificada, los muertos nunca más volvieron a bailar.  

El Bombero Valiente

La casa estaba en llamas y los bomberos revisaban por todos lados, verificando si había gente atrapada. Encontraron a cuatro personas y a un perro y a todos los rescataron. Estaban por retirarse porque el fuego había vuelto todo muy peligroso e irrespirable, cuando de repente uno de los bomberos escuchó un alarido de la zona donde el infierno era más profundo. Sus compañeros le dijeron que no se arriesgara, que era imposible que hubiera alguien vivo en ese lugar. El bombero no hizo caso, allí había una quinta víctima y había que rescatarla. El bombero valiente se internó entre las lenguas de candela, avanzó sin pensar que luego no podría escapar. Llegó hasta esa quinta persona y lleno de espanto vio que se trataba de él mismo. La muerte le estaba esperando.

sábado, 22 de octubre de 2016

La Pesadilla


Una noche un señor tuvo una terrible pesadilla. Se levantó todo sudoroso y cuando volvió a dormirse, volvió a tener las mismas visiones espantosas. A la noche siguiente volvió a tener la misma pesadilla y la misma y la misma, noche tras noche, semana tras semana. Desesperado, fue al consultorio de un psicólogo quien le recetó unas pastillas que le harían dormir profundamente, teniendo sueños más placenteros. Esa noche el señor tomó la pastilla, se acostó y nunca más volvió a despertar. Se quedó, para siempre, atrapado en su pesadilla. 

domingo, 16 de octubre de 2016

Diálogo de Camerino


—Mañana jugamos la Final contra el Washington.
—Vamos a cobrarnos la revancha. Este año nos hemos reforzado con Fabio y Matías. A Alonso le ha hecho bien meterse en la Academia de Fútbol en el verano.  
—Nosotros hemos mejorado, pero Washington sigue siendo el mejor. Ellos tienen a Víctor, a Adrián, a Benedict, a Joaquín en el arco. Él se para fijo entre palo y palo y no hay cómo meterle un gol.
—Diego también ha mejorado desde que está en la Academia de la San Martín. Ahora mueve el mediocampo. Es más creativo. En el partido pasado jugamos como una máquina y goleamos al Roosevelt 7 a 0.
—Casi igualamos a Washington que le metió nueve al Kennedy.  
—El problema de nuestro equipo es que a veces nos desordenamos. Todos queremos atacar y nadie se queda a defender. El año pasado entre Víctor y Adrián nos metieron seis goles. En todos estaban solitos frente al arco. 
—Es culpa del árbitro que no cobra posición adelantada.
—En fulbito no se cobra posición adelantada, eso se cobra en el fútbol.
—¡Esta vez sí, muchachos! ¡Debemos estar concentrados! Fabio, no hagas payasadas en el arco. Por dártelas de gracioso, los pelotazos fáciles se te escurren como si tuvieras mantequilla en los guantes. Alonso, tú te quedas atrás con Sebastián. Es muy desordenado, pero si le hablas bonito te hace caso. Yo me quedo con Matías en el medio para crear y obstruir. Jugamos sólo con Alfieri adelante. 
—¿Con Alfieri? Pero si él se para fallando goles. Siempre hace una de más. Le gusta colocarse, que la gente lo mire y encima patea despacio. A su remate le falta potencia. Parece que no come bien en su casa. 
—Ustedes no lo han visto jugar últimamente. Alfieri ha mejorado bastante. En las clases de fútbol de las tardes le han enseñado a tocarla en primera y a jugar más para el equipo, a no enviciarse con la pelota, a darle pase al compañero mejor ubicado.  
—Pero el equipo funcionó muy bien la fecha pasada sin él.  
—Una cosa es jugar contra el Roosevelt y otra contra Washington. El partido es crucial y a Alfieri lo necesitamos.
—Diego, lo dices porque Alfieri es tu pata. Eso se llama ser argollero. 
—No es argolla, Alfieri es nuestro mejor delantero y lo saben. Merece jugar de titular. Me la juego por él. Mañana, cuando acabe el partido veremos si al apostar por él nos equivocamos o no.
—¡Todo sea por Lincoln!
—¡Por Lincoln!  
—Y por 'Alfieri Fútbol Club' —exclama Alfieri, quien, para variar, había llegado tarde a la reunión.

La Isla del Zodíaco

En medio del Océano Atlántico existe una isla que los navegantes conocen como la Isla del Zodíaco. Es una isla que tiene fama de maldita, por eso los barcos la pasan de largo. Cuenta la leyenda que cada cuatro años aparece el Diablo y escoge a doce personas, cada una nacida en un símbolo del zodíaco distinto, para que hagan maldades a ciento veinte personas cada uno. 

Cumplido el plazo para que hagan sus maldades, se apareció el Diablo y vio que ninguno de los doce había cumplido con la misión encomendada. Había escogido a personas de buen corazón que se resistieron a hacer daño a sus semejantes. El Diablo furioso buscó a los doce y sólo encontró a once a quienes los convirtió en Ángeles Malditos.

 Sin embargo, se salvó la persona que representaba al signo de Escorpio. Lo buscó por toda la isla y no lo pudo encontrar. Nunca supo que se salvó porque era el único que tenía un escudo secreto. Ese escudo se llamaba Dios quien lo escondió en el Cielo transformándolo en una Constelación. 

Exterminio

Estaba un día sentado en mi barrio, pensando cómo sería si de repente el mundo se quedara sin humanos, si desapareciéramos de la Tierra por una epidemia que sólo nos afectara a nosotros y no a los demás seres vivos. Vi entonces cómo sería el mundo sin nosotros, eso pasó delante de mis ojos. Las calles se quedarían sin luz porque ya no habría energía eléctrica. Las fábricas se pararían. El mundo estaría más limpio porque no habría más basura. No habrían carros, ni chimeneas que contaminen. El aire sería más puro. Todos los perros, gatos, peces de en las peceras morirían. Los animales domésticos que sobrevivan tendrían que volverse más salvajes para sobrevivir. Los satélites en el espacio se caerían como estrellas moribundas. Los puentes, edificios, murallas, se derrumbarían corroídas por el tiempo. Las plantas nucleares explotarían y la radioactividad mataría a animales y plantas. Las ciudades construidas en el desierto desaparecerían en la arena. Los pantanos se comerían a las ciudades. Los animales marinos saldrían de las profundidades y poblarían el mar. Sin humanos, el verde brotaría del asfalto porque el planeta no necesita de nosotros para estar vivo.

domingo, 9 de octubre de 2016

Carrera de skates


Una mañana de vacaciones, estábamos en nuestro barrio imaginando que con nuestros skateboards éramos equipos de autos de carrera. Bruno dijo: "A sus marcas, listos..." y nos pusimos a rodar y a rodar, a rodar y a rodar (mi vida), dando vueltas por el parque. 

En las ocho primeras vueltas yo llevaba la delantera. Habíamos quedado que ganaba el que terminara primero en las diez vueltas al parque. En la vuelta nueve ya le había sacado ventaja a la mayoría. Estaba a punto de pasar a los últimos (a quienes todavía no llegaban a la novena vuelta). Pasé a 'Panconpavo' y cuando estaba a punto de pasar al Gordo Nemo, este que pierde el equilibrio, se cae y yo que me caigo encima de él. Pero el que llevó la peor parte fue 'Panconpavo' que venía detrás de mí. Se tropezó con los dos y salió volando y cayó encima de su brazo. Todos nos reímos sin saber que se había fracturado el brazo.   

A la mañana siguiente volvimos a ver a 'Panconpavo' en la calle. Quería la revancha de la carrera, así y todo con el brazo enyesado. 

'El Chicote Caliente'

Estábamos jugando fútbol en el patio del tanque cuando de repente llegó Gastón a interrumpir el partido con una de sus absurdas proposiciones. "¿Ustedes han jugado al 'chicote caliente'?" Ninguno de nosotros sabía de qué se trataba el juego y él nos explicó que era un juego 'ecológico', que se jugaba con una de las plantas de aloe un tipo de cactus que abunda en los parques, esa planta larga de color verde es el 'chicote', el juego es esconderlo y quien lo encuentra se dedica a corretear a los demás agarrándolos a chicotazos. La persona que lo encuentra se encarga de esconderlo y esa ronda no juega.

El 'chicote caliente' había sido encontrado por Angelo, Bruno y Matías cuando le llegó el turno a Ricardo. Ricardo comenzó a corretear a todos y cuando lo tuvo al gordito Matías cerca, le chicoteó la cara con tan mala suerte que le vació el ojo y el pobre desde ahora lo conocemos como el 'Tuerto del Barrio'. Nunca más volvimos a jugar 'chicote caliente'. 

martes, 4 de octubre de 2016

La Guerra Prehistórica

Hubo en la tierra de la prehistoria una pelea muy grande y poderosa. Fue la primera guerra mundial de la que pocos cuentan. Registro de ella las encontramos en pinturas hechas en cavernas submarinas que todavía no conseguimos descubrir. Los hombres montados en triceratops enfrentados contra los hombres que domesticaron los tiranosaurios rex.

Los tiranosaurios atacaban y los triceratops se defendían. Los triceratops les hicieron mucho daño con sus cuernos agudos y redondos, pero los tiranosaurios hacían más daño con los colmillos de sus tenebrosas mandíbulas. La guerra se prolongó por años. No había cuando la guerra pudiera acabar. Cuando parecía que los triceratops podían ganar gracias a una inteligente estrategia, apareció un asteroide en el firmamento que cayó en un sitio que ahora llamamos Golfo de México que mató a la mayoría de seres vivos y nadie ganó.

En el futuro, los herederos de los que sobrevivieron, siguen peleando y no saben vivir en armonía. No han aprendido nada.

lunes, 3 de octubre de 2016

Hamburguesería Endemoniada

Un día fuimos a la Hamburguesería Endemoniada. Nosotros no sabíamos que estaba embrujada. Entonces nos compramos una hamburguesa. Comimos y nos fuimos a dormir temprano a la casa. De repente sentí que mi cama se movía, como si estuviera en una camioneta. Con mi padre estábamos asustados, con mucho miedo. Algo nos hizo salir en pijamas, subirnos a un taxi conducido por nadie que nos devolvió a la hamburguesería. Entramos y vimos muchos esqueletos y hombres con el cráneo mordido. El viento helado de una sombra nos hizo escondernos debajo de una mesa. Era el cocinero, tenía colmillos de vampiro, quería nuestra sangre. Corrimos hacia el baño, formamos cruces con los palos de las escobas y acabamos con el vampiro. Salimos, pero la maldición seguía. Tuvimos que esperar a que aconteciera un terremoto de 7.1 grados para que esa hamburguesería infernal se destruyera y todo pasara a la normalidad.

En la Edad Oscura

Era una noche en la Edad Oscura. Tiempo de Halloween y mis amigos y yo y todos los niños de mi barrio pedían dulces. De repente en una cueva, encima de la montaña más alta, vimos aparecer a un monstruo. Con Jorge, Leonardo, Luis Alonso y yo decidimos subir a investigar. Tuvimos mucho miedo cuando entramos a la cueva.


Llamamos a la Policía y descubrimos que se trataba de un señor disfrazado que les robaba a los niños. Los asustaba. En busca de más respuestas, Luis Alonso quiso seguir investigando e investigamos Nos metimos más al fondo, hasta llegar a una compuerta. Entramos y vimos un cruce entre zombie y ser humano. Lo teníamos en secreto hasta que se lo contamos en este relato.