domingo, 23 de octubre de 2016

Ninjas de mi Barrio

Un día, mis amigos y yo jugábamos a que éramos ninjas. Estábamos probando nuestras 'espadas', cuando de repente una bala, que sale disparada de no se sabe dónde, impactó en el tanque de agua, cerca de la cara de Ricardo. Sorprendidos intentamos saber quién habría disparado. El 'Hongo' dijo que vio un fogonazo salir de la ventana de don Jacinto, el vecino amargado que siempre nos gritaba, diciéndonos que vayamos a jugar fútbol a otra parte. Justo en ese momento salió Stefano de su casa y le contamos lo que había sucedido. Fuimos al edificio donde vivía don Jacinto, subimos a su departamento en el tercer piso y encontramos que la puerta estaba abierta, unos tipos habían entrado a robar y todavía estaban allí. A don Jacinto lo tenían de rodillas, con las manos arriba, temblando de miedo. Stefano dijo que si llamábamos a la policía, ellos llegarían muy tarde, así que decidimos actuar porque no podíamos permitir que hubieran rateros en el vecindario. Con nuestras 'espadas' palos de escobas los atacamos por la espalda y los golpeamos hasta que los tres ladrones se desplomaron en el piso. Solucionar las cosas por nuestra cuenta hizo que naciera y creciera la leyenda de los Ninjas de mi barrio. Nunca más volvimos a tener ladrones.

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