lunes, 14 de noviembre de 2016

La Luna Tragona

Como todos los lunes iba con mi papá de regreso a casa, tras acompañarlo a sus clases en la Universidad, cuando me fijé que la Luna tenía un tamaño descomunal. "Ha salido en las noticias", me dijo mi papá. Esa noche se iba a ver inmensa, algo que no sucedía desde 1948. 

Avanzamos una cuadra y vi que la Luna seguía creciendo. Mientras más caminábamos, más grande se ponía en el cielo, alcanzando un tamaño enorme, insoportable a nuestros ojos. "¡Papá, la Luna viene hacia acá!", exclamé y de repente la vimos como una esfera gigante que se nos caía encima. 

Asustados, los dos corrimos por la avenida. La Luna nos perseguía, con intención de aplastarnos. Cuando la tuvimos cerca, vi salir de su rostro plateado grandes ojos y gruesos colmillos. De un bocado se tragó a mi papá, quien un instante antes me salvó al empujarme a un jardín. 

La Luna volvió a elevarse y ocupó su lugar. 

Ahora, cada vez que hay luna llena yo soy el único que veo un puntito negro en su superficie; ese puntito sé que es mi papá. Sueño con ser astronauta para ir allá y poderlo rescatar.  

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