domingo, 20 de noviembre de 2016

Oblicuo Lanzamiento

A medio recreo, las chicas interrumpieron nuestra competencia de Water Bottle Flip Challenge apostando que ellas son mejores que nosotros arrojando la botella a medio llenar de agua. Entonces se armaron dos equipos. Samara, Kaori y Abigail por un lado y Adrián, Alonso y yo por el nuestro. 

Tocó el timbre y las chicas, gracias a Kaori, nos llevaban cuatro puntos de ventaja. Yo tenía la responsabilidad del último lanzamiento. Si caía de poto sumaría una unidad, insuficiente; tenía que calcular bien y hacer que la botella cayera de cabeza con la tapa besando el suelo—, así sumariamos los cinco puntos que nos darían la victoria. 


Lancé la botella y sin querer la hice caer de tal forma que, desafiando a la Ley de la Gravedad, se quedó inclinada con el poto apoyado en la pared. Aunque las chicas no lo quisieron aceptar, nosotros habíamos ganado. Nadie les había explicado que botella que quedaba en posición diagonal valía diez puntos.    

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