viernes, 16 de diciembre de 2016

Fuerzas SAS

El vuelo 608 de British Airways no pudo despegar del aeropuerto de Heathrow de Londres. Un comando capturó a sus pasajeros y tripulación y colocó una bomba en la nave para que nadie se acercase.

Los terroristas, cuatro hombres y una mujer, se comunicaron con las autoridades y amenazaron con asesinar a los rehenes si no cumplían con sus exigencias: liberar a su líder y entregarles cincuenta lingotes de oro para financiar su lucha armada en el Medio Oriente.

El gobierno británico tiene como política no negociar con terroristas. Convocaron a las Fuerzas SAS —Special Air Service— ordenándoles que tomaran el avión por asalto.  

El escuadrón hizo un forado en el compartimiento de equipaje y llegó a la cabina de pasajeros donde dispararon a matar a cada uno de los terroristas, menos a la mujer quien estuvo a punto de estallar la bomba, pero uno de los soldados, experto en explosivos, pudo desactivarla y con ello los rehenes quedaron fuera de peligro.

Como miembro del escuadrón SAS, a mí me tocó reducir a esa chica, teniéndola conmigo el tiempo suficiente para contagiarme de eso que los románticos llaman amor. Ahora visito a Basma todos los domingos. Yo le cuento cómo mataba terroristas y ella cómo ponía bombas en lugares públicos. Somos una pareja muy feliz.  

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